Lo bueno y lo malo de la semana de 4 días

La tendencia de renuncias silenciosas, las renuncias en masa, la búsqueda de trabajos con horario flexible, etc. todas son evidencias del cambio de mentalidad que se vive ahora en la fuerza laboral. El objetivo común es tener trabajo que permita llevar un balance con la vida personal. Es aquí donde comenzamos a ver nuevos modelos de trabajo, entre ellos, la semana laboral de 4 días.

Mientras que en algunos lugares lo normal es solo tener un día de descanso, en otros (más avanzados) están cambiando a un modelo donde sólo se trabaja 4 días y se descansa 3. Y aunque parece demasiado perfecto para ser real, los números indican que no solo es real sino muy eficiente y beneficioso, tanto para el colaborador como para la organización. Pero también implica riesgos que a continuación planteamos. 

Empresas que lo han logrado

Uno de los principales promotores del modelo de 4 días laborales es una organización sin fines de lucro llamada 4 Day Week. Esta organización se creó después de que sus fundadores llevaron a cabo el experimento dentro de su empresa y resultó muy exitoso. Su compañía, Perpetual Guardian, en Nueva Zelanda, logró adaptarse perfectamente al modelo en 2018, demostrando mejoras en niveles de productividad y aumento de ingresos. Lograron reducir los niveles de estrés en un 7%. Ahora, 4 Day Week, es una organización que brinda apoyo a negocios y empresas de todo tipo para implementar la semana de 4 días con el objetivo de mejorar la situación de los negocios y sobre todo de las comunidades. 

Otra empresa que lo logró con éxito fue Microsoft. En 2019, implementaron su programa Work-Life Choice Challenge Summer 2019, en donde ofrecieron a todos sus empleados fines de semana de 3 días, sin recorte de sueldo. Los beneficios se tradujeron en trabajadores más felices y motivados, que seguían cumpliendo con sus responsabilidades y además se mostraban más participativos. La productividad aumentó en un 40%. Y no sólo eso. Los gastos de la empresa también se redujeron, incluyendo un ahorro de 23% en gastos para energía. 

El lado malo…

Una desventaja de este modelo puede surgir si hay una falta de compromiso. En el Reino Unido, se creó un programa donde más de 70 compañías se unían a probar la semana de 4 días bajo un modelo llamado 100:80:100. Es decir, el 100% de la paga que recibían, trabajando el 80% del tiempo al que estaban acostumbrados, con la condición de lograr el 100% de la productividad que se tenía. Aunque es realizable, se necesita el compromiso total del colaborador para lograrlo. Si este no se tiene, la adaptación al modelo podría ser un fracaso. Una forma de solucionar este problema es comenzar adaptando el modelo por áreas y únicamente con aquellas que están comprometidas a lograrlo y que además se ofrezcan a ello. Hacer de este proceso algo obligatorio y sin elección alguna podría implicar muchos obstáculos para todos. 

Otros problemas podrían surgir según el tipo de industria al que se dirige la empresa. En algunas será fácil adaptarse, mientras que otras podrían tenerlo más complicado. Por ejemplo, aquellas que prestan servicio al cliente, tendrán mayores dificultades. Muchos líderes en estas áreas no ven las ventajas de aplicar la semana de 4 días. Pero uno de los beneficios que se ven, que muchas veces pasa desapercibido, es la salud general de los colaboradores. Por lo que reducir los tiempos de trabajo no solo podría ser beneficioso, sino necesario. 

Sin embargo, también tenemos que considerar que hay servicios que no pueden permitirse un fin de semana de 3 días. Hablamos de escuelas, bancos, hospitales, etc. Sus funciones son esenciales. Una semana laboral de 4 días podría requerir un aumento de personal o un reajuste completo de su estructura. Además, adaptarse a un cambio como este implica una inversión en recursos. Algo que no todas las empresas pueden hacer. 

El lado bueno…

Suena sospechoso. Parece que solo el colaborador gana. En algunas empresas, la reducción de tiempo de trabajo venía a cambio de una reducción de sueldo. Sorprendentemente en estas empresas, la oportunidad fue muy bien recibida y las personas se ofrecían como voluntarios para ello. Por otro lado hay empresas que no se enfocaron tanto en el ahorro en sueldos si no en los beneficios que obtenían al darle a sus colaboradores un fin de semana de 3 días.

Estamos hablando de un cambio en el trabajo que tiene impacto a nivel global, abarcando temas como salud mental, salud física, comunidad, situaciones familiares. etc. Soluciones que tienen un impacto en problemas sociales como violencia e inseguridad. 

Es un cambio grande, que no todos podrán aplicar de la noche a la mañana. Por suerte, este cambio está siendo probado e impulsado por grandes empresas que tienen la capacidad de llevarlo a cabo. Convirtiéndose en los precursores de un cambio, quizás muy a futuro, pero que podría llegar a todos. 

Poco a poco, la semana de 4 días se va haciendo conocida y normalizada. Reemplazando a la semana laboral común y dejando a su paso muchos beneficios para todos. Aún falta ver si esta idea es bien recibida por los líderes gubernamentales en el mundo para que se vuelva la nueva normalidad.

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